El sueño es crucial para nuestra salud. De hecho, mientras dormimos ocurren muchos procesos que mantienen el equilibrio en nuestro organismo. Por ejemplo:
Incluso, se ha visto que una pobre calidad de sueño está asociada con un mayor inflamación, más riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, neurodegenerativas, diabetes, obesidad, trastornos de la salud mental y hasta digestivos (1,2,3,4).
Por ello, es muy importante que duermas lo suficiente (entre 7-9 horas cada noche) y que tengas un sueño de calidad. Sigue estos consejos para conciliar mejor el sueño y tener una noche de descanso reparador.
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Crear el hábito de irte a dormir y despertarte a la misma hora diariamente te ayudará a regular tu ciclo de sueño-vigilia. El sueño está regulado por neurotransmisores, sustancias que actúan sobre tu cerebro para que este empiece a producir en el cuerpo los signos de somnolencia.
En este sentido, tener un horario establecido que repitas día a día te ayudará a conciliar el sueño más rápido y a despertar con más facilidad cuando ya llegó la hora.
De hecho, un estudio encontró una asociación importante entre la consistencia en los horarios de sueño y la calidad del mismo (4). En esta investigación, 160 jóvenes registraron su hora de dormir y despertar durante 2 semanas.
Con esta información se les clasificó en 3 grupos según su regularidad de horarios para dormir: irregularidad baja (≦1 noche de horario irregular por semana), media (1-3 noches de horario irregular/semana) o alta (≧3 noches irregulares/semana). Luego, los participantes completaron un cuestionario validado internacionalmente que califica la calidad del sueño (Índice de Calidad de Sueño de Pittsburgh).
Al evaluar los resultados, se encontró que los horarios de sueño irregulares (niveles medio y altos) estaban significativamente asociados a una peor calidad de sueño. Además, también se vió que aquellos jóvenes que tenían horarios de sueño más irregulares, dormían menos horas en total (4).
El café se encuentra entre las bebidas más consumidas alrededor del mundo. En realidad, su consumo ha demostrado generar diversos efectos positivos para la salud, pero si estás teniendo problemas para dormir, será mejor que seas cuidadoso con él.
La cafeína logra su efecto “despertador” debido a que inhibe la acción de la adenosina, un neurotransmisor con efectos sedantes (5,6). Entonces, no será recomendable tener altas concentraciones de cafeína a altas horas de la noche. Diversas investigaciones han encontrado que un consumo elevado y muy frecuente de cafeína puede dificultar la consolidación del sueño. De la misma manera, aunque sí logres dormir, la calidad de tu sueño puede verse afectada (7).
Como prueba de ello, un experimento sometió a 20 sujetos sanos a 3 pruebas diferentes de 10 días cada una y se evaluó en un laboratorio distintos indicadores de la calidad del sueño durante los 2 últimos días.
La diferencia entre las pruebas fue que en una consumieron 3 cápsulas de 150mg de cafeína al día; en la segunda 3 cápsulas de placebo y en la tercera, 3 cápsulas de cafeína durante 8 días y placebo los 2 días restantes (que coincidían con los días de evaluación del sueño).
Los resultados mostraron que, aunque las horas de sueño no fueron distintas entre los 3 grupos, el grupo que consumió cafeína durante la evaluación, tuvo entre 2 y 3% menos tiempo de sueño REM (un potente indicador de la calidad del sueño) y tardó aproximadamente 25 minutos más en entrar a esta fase del sueño (8).
Por ello, es muy importante que consideres que el tiempo de vida media de la cafeína es de aproximadamente 5 horas (9). ¿Qué significa esto? Que recién luego de 5 horas, la concentración de cafeína en tu organismo habrá disminuido a la mitad en relación a cuando recién la consumiste (cuando estuvo en su concentración máxima).
Entonces, si consumes café u otras bebidas que contengan cafeína, hazlo por lo menos, 5 horas antes de tu hora de dormir para evitar que interfiera con tu sueño. Por ejemplo, si sueles dormir a las 9 pm, no deberías consumir cafeína pasadas las 4 pm.
Una costumbre común es beber una copa de vino o alguna otra bebida para así poder “dormir mejor”. De hecho, el alcohol puede ayudarte a dormir más rápido. Sin embargo, la calidad del sueño será menor (10).
Algunas investigaciones han demostrado que el alcohol puede interferir con la concentración normal de neurotransmisores que influyen en la regulación del sueño (10). Por ello, consumir bebidas con alcohol antes de acostarte retrasa la capacidad para entrar en el sueño profundo. Esto causará que el cuerpo no se recupere tan bien por la noche y que despiertes aún sintiéndote cansado.
Por otro lado, la ingesta de alcohol frecuente también aumenta el riesgo de desarrollar apnea del sueño en un 25% en comparación con quienes no tienen la costumbre de beber, como lo demostró un metaanálisis en 2018 (11).
La apnea del sueño es un trastorno que genera dificultad para respirar mientras estamos durmiendo, ocasionando que la persona se despierte en medio de la noche, por lo que la calidad del sueño se vería significativamente afectada.
Esta probablemente sea una de las estrategias más fáciles de aplicar y, a la vez, una de las deficiencias más comunes.
Nuestro cuerpo tiene un reloj biológico interno que rige la mayoría de nuestros procesos fisiológicos, psicológicos y hasta conductuales. Este reloj responde a nuestro ritmo circadiano, que básicamente es regulado por la exposición a la luz y por la ausencia de esta y tiene un ciclo de aproximadamente 24 horas (al igual que un día calendario).
De esta forma, el cuerpo humano puede identificar que mientras hay luz, debe estar más activo y cuando hay oscuridad, se empieza a inducir el sueño, ya que llegó la hora de descansar (12,13).
Sin embargo, el estilo de vida actual, constantemente limita la exposición a la luz natural del sol (pasamos mucho tiempo bajo techo). Como consecuencia, nuestro ritmo circadiano puede desregularse y nuestras señales de somnolencia también, haciendo que nuestros ciclos de sueño-vigilia no sean los óptimos (13).
Distintas investigaciones han encontrado que una exposición a la luz diurna puede mejorar la cantidad y calidad de sueño incluso en personas con perturbaciones del sueño (insomnio) (14,15).
Cuando se hace de noche, el cuerpo se prepara fisiológicamente para dormir: se empiezan a segregar hormonas como la melatonina (encargada de inducir el sueño). Sin embargo, el exceso de luz durante la noche, también puede alterar tu ritmo circadiano y, consecuentemente, disminuir la producción de melatonina (13,16,17).
Por otro lado, se ha evidenciado que existe una fuerte relación entre el uso de dispositivos electrónicos con pantallas de luz brillante (celulares,tablets, laptops, televisores, etc.) durante la noche y una menor calidad y tiempo de sueño en adultos y adolescentes (18,19).
Por lo tanto, procura crear un entorno con luces bajas y evita exponerte a la luz azul de las pantallas antes de dormir (más aún si ya estás con las luces apagadas).
Se ha visto que la actividad física regular tiene efectos positivos sobre distintos indicadores de la calidad de sueño (20):
Un grupo de investigadores se propuso estudiar si la cantidad de ejercicio mínimo recomendado (150 minutos de actividad física moderada-vigorosa por semana) era suficiente para generar efectos positivos sobre la calidad de sueño. Para ello, reclutaron a 41 participantes con insomnio que no tenían el hábito de realizar actividad física. Se les dividió en 2 grupos: a un grupo se le indicó realizar caminatas rápidas de por lo menos 30 minutos 5 días a la semana durante 6 meses; el segundo grupo sirvió como grupo control y se les indicó no realizar ningún cambio en su estilo de vida.
Pasados los 6 meses, se observó que los participantes que caminaron tuvieron una mejor calidad de sueño y una disminución en la severidad del insomnio. Se observó que el puntaje en el Índice de Severidad del Insomnio disminuyó 4 puntos en promedio (escala de puntaje de 0-28), mientras que quienes no caminaron, no mostraron cambios (21).
Por ello, llevar un estilo de vida más activo te ayudará a conciliar mejor el sueño.
Algunos alimentos pueden ayudarte a conciliar el sueño, debido a que ejercen un efecto relajante. Esto se debe a que contienen sustancias como la serotonina, apigenina o melatonina que ejercen acciones sobre el cerebro, ayudándonos a inducir la sensación de somnolencia.
Encuentra aquí 5 alimentos que poseen este efecto.